Aunque la higuera no eche brotes, ni haya fruto en las viñas; aunque falte el producto del olivo, y los campos no produzcan alimento; aunque falten las ovejas del aprisco, y no haya vacas en los establos, con todo yo me alegraré en el SEÑOR, me regocijaré en el Dios de mi salvación.
👉🏼 Habacuc 3:17-18
No tiene nada de malo que nos gusten las cosas buenas que el dinero puede comprar. Pero no debemos confiar en ellas para que nos hagan felices. Si nuestra satisfacción depende de las posesiones materiales que tenemos, nos sentiremos destrozadas, si las perdemos.
Pero si nuestra alegría está en el Señor, nada puede destrozarnos, ¡ni siquiera una angustia económica! ¡Si! Aquellos que conocen y confían en el Señor pueden regocijarse -- aun en la pobreza.