Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados.
Marcos 11:25
La disposición para perdonar.
Una señal característica de los cristianos de los últimos tiempos es su falta de disposición para perdonar. Si no perdonamos de todo corazón a las personas que tienen algo contra nosotros, entonces el Señor cerrará el cielo a nuestras oraciones. Debemos ser conscientes de que con la misma medida con la que medimos a otros, también seremos medidos: “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” No tiene sentido orar por un avivamiento, si no estamos dispuestos a llegar hasta la raíz de la cuestión. Solamente cuando llegamos a la presencia del Dios vivo, El se nos revela, derrama Su Espíritu y nos da un avivamiento. Debemos exponernos totalmente a la santidad del Señor, de lo contrario nos entibiaremos y nuestras reuniones de oración se transformarán, simplemente, en un “club de oración”. Nuestro Señor está buscando, hoy en día, personas que - como los discípulos - estén llenas del Espíritu Santo, limpias y sinceras, firmes en la fe y reconciliadas unas con otras. Entonces podremos orar y el Señor responderá, como está escrito en Isaías 58:9: “Entonces invocarás, y te oirá el Señor; clamarás, y dirá él: Heme aquí.” Aquí se nos muestra el camino hacia el avivamiento. ¿Estamos dispuestos a seguirlo?